7 min read

El dogma del ateísmo científico

El dogma del ateísmo científico

En tiempos en que la tecno-redención de la humanidad la llevará a un equilibrio perpetuo con la naturaleza, el ateísmo parece menos un tema filosófico que la consecuencia inevitable del avance científico. El paraíso en la tierra está a unas décadas de innovación. A fin de cuentas, los problemas existenciales del hombre no son más que problemas técnicos cuya solución depende de la correcta asignación de capital de riesgo a proyectos de investigación o la adecuada gestión estatal. Tecno-ciencia en vez de religión.

Pero, ¿qué es el ateísmo exactamente? ¿Religión, ciencia, filosofía o simplemente una actitud vital? Con el riesgo de ponerme un poco técnico, me limitaré a darte una perspectiva como insumo para tus propias respuestas.

I

En la medida en que el ateísmo niega el fundamento de la religión, cabe preguntarse de qué manera se opone a ella. Lo primero a considerar son los tipos de oposición que reconoce el realismo filosófico: o bien las cosas se oponen de manera contraria o contradictoria. ¡Atento esta distinción! (Existen otras dos oposiciones que no vienen al caso). Examinemos qué ocurre si el ateísmo es contrario a la religión.

Si fuesen contrarios, ateísmo y religión tendrían que caer bajo un mismo concepto, como sucede en esta clase de oposición. Por ejemplo, negro y blanco son contrarios, porque ambos son colores; par e impar, porque ambos son números; el amanecer contrario al atardecer, porque ambos son fases del día; el ignorante se opone al sabio en el conocimiento. De dónde habría que admitir que estos extremos comparten más de lo que parece a primera vista, pues, si fuesen contrarios, ambos serían religiones, de tal manera que el ateísmo vendría a ser la religión del más acá, una conclusión que ningún ateo estaría dispuesto a aceptar.

Por otro lado, si el ateísmo se opusiera a la religión de manera contradictoria, iría por el lado de la negación. Porque, allí donde la religión pone la afirmación "Dios existe", el ateo se le opone diciendo "Dios no existe". Aunque hay que tener en cuenta que negar algo no es tarea sencilla, ya que tengo que saber muy bien qué es aquello que estoy negando. ¿Qué niega el ateo? ¿La existencia de Dios? ¿De cuál Dios exactamente, el de Moisés, Jesús o Maoma? ¿O el recurso a Dios como explicación cosmológica? Creo que las respuestas a estas preguntas originan distintos modos de ateísmo.

II

Por otro lado, el ateo tiene pretensiones científicas en el sentido de que piensa que su posición es la correcta y verdadera. Es natural que piense así, porque en la medida en que se opone a la religión, no puede convivir con ella en el ámbito de la verdad. Si Dios existe, el ateísmo no sería más que una pose que nos dice más del estado sicológico de sus defensores que de la realidad de las cosas. Pero a ningún ateo le gusta ver su posición reducida a una mera actitud vital, sino que aspira a convertirse en una posición justificada, científica. De esta manera el ateísmo tiene pretensiones absolutas y universales tal como sus colegas religiosos. Si Dios no existe para él, no existe para nadie.

Y frente a tales pretensiones el ateo tiene solamente dos alternativas: o bien demuestra que Dios no existe, o bien lo acepta como un principio, al modo de un axioma sobre la composición de la realidad. Porque si hay algo en que los filósofos coinciden con los científicos es que los axiomas son proposiciones primeras e indemostradas. "Primeras" en el sentido que sirven de justificación para otras proposiciones o teoremas, e "indemostradas", en el sentido de que se aceptan como verdaderas sin prueba. No es posible demostrarlo todo.

Si no fuera el resultado de una demostración, que "Dios no existe" tendría que ser una premisa aceptada sin justificación. Pero el ateo se resistirá a aceptar que su posición es tan irracional y dogmática como la que critica. El ateísmo no debe ser cuestión de convicción personal, por lo que debe ser susceptible de crítica.

Por eso siempre les pregunto a los ateos cómo llegan a la conclusión de que Dios no existe. Insisto en que, si el ateísmo quiere tener pretensiones de ser algo más que una actitud vital, esta posición ha de ser el resultado de un razonamiento deductivo. Y me parece que se trata de una tarea ardua, puesto que uno tiene que encontrar las premisas adecuadas que te empujen con una fuerza irresistible a dicha conclusión.

Lo imporante, en todo caso, es que ya se oponga de manera contraria o contradictoria, el ateísmo es dependiente de la religión en la misma medida en que la negación depende de la afirmación y lo contrario de aquello que comparte con su opuesto.

III

Desde un punto de vista lógico, la conclusión del ateo es una negación. Y si atendemos a una regla básica de la lógica, según la cual de premisas negativas no se sigue conclusión, debemos asumir que al menos una de las premisas del ateo dice algo positivo sobre el mundo. Por ejemplo, si ningún ovíparo es vivíparo, y el erízo no es vivíparo, no se sigue conclusión. En cambio, si todo mamífero es vivíparo, y el erizo no es vivíparo, se concluye que el erizo no es mamífero: una negación.

Precisamente en esta posición se encuentra el ateo. Tiene que haber al menos una premisa afirmativa y otra negativa incluida en su razonamiento que permitan deducir la conclusión "Dios no existe". Y esa premisa afirmativa es problemática, ya que, o se acepta sin prueba como un axioma, o se justifica a partir de otras premisas. Pero este cuestionamiento no es infinito. En algún punto habrá que detenerse, es decir, en algún punto del razonamiento el ateo deberá aceptar un principio indemostrado. Por su retiscencia a definirse por una actitud vital, deberá apelar a una justificación científica de sus convicciones.

¿Y cuáles son esas premisas?

IV

El primer candidato es la presencia del mal en el mundo, el argumento habitual para negar la existencia de Dios. Pobreza, enfermedad, sufrimiento y muerte, no pueden convivir en un mismo universo con un Dios bondadoso. Pero no todos los pensadores tienen problemas con este dilema. El desafío intelectual está en cómo armonizar el mal del mundo con la bondad de Dios. En efecto, la presencia del mal no niega directamente la existencia de Dios, sino mediante bastantes rodeos intelectuales. Por lo mismo, dejo de lado la posición kantiana en la medida en que sus principios filosóficos no permiten dirimir la cuestión ni por la negación ni la afirmación de la existencia de Dios, sino que la ponen en suspenso y la reducen a un juego especulativo.

Pero, más allá de los detalles, lo importante para nuestro curso de pensamiento es si los ateos lo fueran por esta razón, su visión se apoyaría en una posición filosófica. Aunque no sé si estarían dispuestos a aceptar que su posición no se basa en la ciencia sino que en la filosofía. Y si no es la presencia del mal, ¿cuál es la premisa que permite concluir la negación "Dios no existe"?

Voy a responder con las palabras de Rupert Sheldrake (2012):

La ciencia contemporánea se basa en la afirmación de que toda la realidad es material o física. No hay otra realidad que la realidad material. La consciencia es un subproducto de la actividad física del cerebro (p. 11)

Te sorprenderá saber que este autor es un reputado biólogo, uno de esos conscientes de las cuestiones fronterizas entre ciencia y filosofía, que tiene una teoría fascinante sobre la formación de los seres vivos, la resonancia mórfica.

La cita aparece en su libro titulado El espejismo de la ciencia (2012). En inglés se llama The science delusion, literalmente "el engaño de la ciencia". Y el título es importante, porque su obra fue una respuesta al de su colega biólogo Richard Dawkins titulado The God delusion (2006), benignamente traducido como "el espejismo de Dios", el manual del nuevo ateísmo.

EL CREDO CIENTÍFICO por Rupert Sheldrake

"Aquí están las 10 creencias principales que la mayoría de los científicos dan por supuestas.

  1. Todo es esencialmente mecánico. Los perros, por ejemplo, son mecanismos complejos, en lugar de organismos vivos con sus propios objetivos. Incluso las personas son máquinas, “robots pesados”, en la vívida expresión de Richard Dawkins, con cerebros que son ordenadores genéticamente programados.
  2. Toda la materia es inconsciente. Carece de vida interior, subjetividad o punto de vista. Incluso la consciencia humana es una ilusión producida por las actividades materiales del cerebro.
  3. La cantidad total de materia y energía es siempre la misma (con la excepción del Big Bang, donde de pronto surgieron toda la materia y energía del universo).
  4. Las leyes de la naturaleza son fijas. Son las mismas hoy que al principio, y siempre serán idénticas a sí mismas.
  5. La naturaleza carece de propósito, y la evolución no tiene objetivo o dirección.
  6. Toda la herencia biológica es material y se transmite en el material genético, ADN, y otras estructuras materiales.
  7. Las mentes están dentro de los cráneos y no son más que actividades de los cerebros. Cuando observas un árbol, la imagen del árbol observado no está “ahí afuera”, como parece, sino dentro de tu cerebro.
  8. Los recuerdos se almacenan como huellas materiales en el cerebro y se borran con la muerte.
  9. Los fenómenos no explicados, como la telepatía, son ilusorios.
  10. La medicina mecanicista es la única que funciona.

Juntas, estas creencias configuran la filosofía o ideología del materialismo, cuyo supuesto central es que todo es esencialmente material o físico, incluso las mentes" (2012, p. 12)

Estas ideas son poderosas, no porque la mayoría de los científicos piensen en ellas críticamente, sino porque no lo hacen...Pero el sistema de creencias que gobierna el pensamiento científico convencional es un acto de fe, encallado en la ideología del siglo XIX.

V

Como puedes ver, no hay otra premisa para los razonamientos del ateo que el materialismo, que acepta más ciegamente que cualquier dogma religioso. Bajo esa premisa también se ven llevados fácilmente a negar la experiencia íntima de los místicos, como la de San Juan de la Cruz, calificándola de ilusoria, pero nunca como una experiencia real que abre el mundo hacia lo trascendente.

El materialismo es una posición filosófica que los científicos aceptan en su forma mecanicista, según la cual en la naturaleza sólo concurren causas mecánicas carentes de toda finalidad. Pero es precisamente esta clase de creencias las que se tienen que discutir críticamente. De lo contrario, volvemos al totalitarismo intelectual que tanto molesta al ateo cuando proviene del religioso.

Por eso, si esta es la premisa de las conclusiones de los ateos, su posición es lo que en lógica se llama una petición de principio, donde se presupone lo que precisamente se debía probar, o se concluye lo mismo que se acepta en las premisas. A todas luces, no es que hayan demostrado alguna vez que Dios no existe, sino que lo presuponen al admitir que lo único que existe en la realidad es la materia, porque por definición el método matemático-experimental no puede ir más allá de los fenómenos materiales.

Pero, ¿estamos todos obligados a ser materialistas?

Licencia Creative Commons


Esta obra está bajo Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.